viernes, febrero 07, 2014

Yotambiénpuedo

El día que le puse la url al blog, no sabía que un día esas palabras tendrían un sentido más profundo.

"Yotambienpuedo.blogspot.com", se lo puse porque, de repente, todo el mundo tenía un blog, todo el mundo escribía cosas, mejores o peores y, qué narices, ¡yo también podía tener uno! Fue una chorrada de nombre.

No tenía ni idea, de que con el paso del tiempo, me convertiría en una persona con enfermedad "rara", en mi caso huérfana. El lupus.

Cuando de repente no puedes levantarte de la cama porque crees que se van a romper tus rodillas; cuando, de repente, sin asimilar muy bien aún lo que te pasa, te ves ingresada en el hospital; cuando crees que con 27 años jamás podrás trabajar a jornada completa, o que nunca terminarás tu carrera porque hay algo en tí que no piensa ponértelo fácil (maldito lupus), entonces todo adquiere sentido. Yo también puedo.

He conocido gente con mi misma enfermedad, con problemas y preocupaciones parecidos a los míos, con situaciones peores o mejores, pero se han levantado y  han seguido. Siguen día a día. Gente que nunca verá cumplidos sus sueños por esta enfermedad que nadie conoce, gente para la que las pequeñas cosas se convierten en imprescindibles. Personas que luchan todos los días por pasar más tiempo y compartir más cosas con las personas que quieren, aunque suponga quemar hasta el último cartucho y después caer rendid@. Enferm@s que superan cada día sus barreras porque se  niegan a que la realidad de su enfermedad se lleve por delante sus ilusiones.

Por tod@s ell@s adquieren sentido estas palabras, si ell@s pueden, yo también puedo. Yo puedo levantarme de la cama, yo puedo superar un ingreso hospitalario, yo puedo encontrar un trabajo a jornada completa (de hecho, lo tengo), yo puedo terminar mi carrera (de hecho, la terminé).

Yo puedo luchar por lo que quiero, por cumplir mis sueños. Quizá mi esfuerzo deba ser mayor que las personas que no tienen una enfermedad rara, pero aún me queda esperanza, porque cuando una vez creí que no podría con nada, yo también pude.

Y tú, si tú, que te has parado a leerme, recuérdalo, cuando creas que ya no puedes más...Tú también puedes!!

www.enfermedades-raras.org

lunes, enero 20, 2014

Insensatos!!

Qué ingratos somos!! Qué mal acostumbrados estamos! Cuánto más cómodo es todo, más nos quejamos. Nunca tenemos suficiente, y, por desgracia, eso es algo que no va a cambiar.
Estamos perdiendo los modales, el "gracias", el "por favor", "disculpe" o "perdón"...y hay cosas que no se deben perder, evidentemente, estas expresiones son parte de esas cosas.
La gente que viene detrás, no habla de usted a sus padres, no es necesario, pero eso infundía respeto, quizá demasiado. Sin embargo, ahora ni de usted, ni respeto, ni hacia sus padres, ni hacia sus abuelos, ni hacia nada.
Esta crisis nos está agriando el carácter, o no, quizá no sea la crisis, pero hemos cambiado. Se nos ha agriado el carácter, efectivamente, y se nos ha secado la educación. Estamos de más mala leche más horas al día, y más cansados, incluso aunque estemos haciendo lo mismo que siempre. Tenemos menos paciencia y más malas palabras. No estamos conformes con nada. Lo queremos todo y tenemos la sensación de que no tenemos nada, vivimos por vivir, sumidos en una insatisfacción difícil de superar.
Aunque parezca mentira conozco a muy poca gente que se sienta conforme con lo que tiene, a todo el mundo le falta algo, o material, o personal, o simplemente no disfruta de que lo tiene todo.
A lo mejor son los tomates criados en invernadero, pero le veo muy mala solución a todo esto...

domingo, junio 30, 2013

Laberinto

La vida es como una montaña  rusa, unas veces estás arriba, comiéndote el mundo, haciendo mil cosas a la vez, y al día siguiente estás derrumbada, agobiada, harta y deprimida de ver que siempre pasan las mismas curvas. Esos días, deja de ser una montaña rusa para convertirse en un laberinto. A veces esos días se vuelven años, y, aunque, por un momento, salgas de tu laberinto para montar en una mini montaña rusa, enseguida te despiertas dentro del laberinto otra vez.
La gente cree que los enfermos, cuando se enteran de que lo están, cambian su vida por completo. Creo que suponen que se ve una luz, o se vive algún tipo de experiencia mística que te hace pensar que estabas desperdiciando tu vida, que tienes que vivirla a tope porque cualquier día puede ser el último, y que no hay que preocuparse por tonterías, porque lo que le pasa a un enfermo es mucho más grave.

Bueno, pues yo me he debido saltar algunos pasos, algunas vivencias, porque sigo igual. "No vivas para trabajar, eso hará que sólo vivas las noches y los fines de semana", sí, con suerte, o sin suerte vivirás los domingos, pero de algo hay que vivir. Me parece genial que los enfermos afronten la vida con optimismo, soy la primera que me río de mi sombra si hace falta, y de lo que me pasa, para sentirme mejor y creer, por un segundo que es un chiste mal contado, pero lo cierto es que sigo teniendo los mismos problemas y las mismas incertidumbres, si no más. Sigo igual que hace diez años...y eso no me gusta. "Si algo no te gusta, cámbialo", qué fácil, ¿qué ha cambiado en su vida el que pronuncia esa frase? te lo digo yo, sólo ha cambiado su manera de ver el mundo.
La vida no se vuelve un anuncio de compresas cuando te diagnostican una enfermedad crónica. La vida se vuelve una mierda aún más grande de lo que era antes. Y aunque te esfuerces por salir de ese pensamiento, cuando acabas el día contigo misma, sabes que sigue siendo lo que es, una putada.

domingo, abril 29, 2012

Del avión y otros demonios

Lo que ocurre cuando tenemos miedo es que todo nuestro cuerpo se paraliza. Nos ponemos nerviosos y no podemos pensar en nada más, y cuando consigues centrarte sólo en ese miedo, ahí sí que ya ni siquiera eres tú, sino una versión muy simple de tí mismo totalmente bloqueado por una sensación de angustia y horror muy difícil de hacer desaparecer.
Le tenemos miedo a muchas cosas, sobre todo a aquellas que son nuevas, que no conocemos, que duelen...pero el miedo es una idea irreal, no existe, está en nuestra cabeza y se alimenta de lo que nosotros le demos de comer. Parece fácil decir que lo que debemos hacer es dejar de pensar que eso ocurrirá, o pensar que no dolerá, que no pasará nada malo, engañar a nuestra mente, que es la que alimenta el miedo con ideas irreales.
Sin embargo, el viernes tengo que coger un avión, de una hora y cuarto, absurdo, trayecto cortísimo, y por más que me digo a mí misma que los aviones vuelan con normalidad (en la mayoría de los casos) y que no pasará nada, y que, aunque pasara, no podría hacer nada (ya puestos déjate llevar), pese a todo esto, no paro de pensar en qué droga será más factible para no enterarme del vuelo...

martes, junio 28, 2011

El final más largo de mi vida

Llevo mucho tiempo sin escribir, sin escribir no, sin expresar claramente lo que me pasa. No escribí en el nacimiento de mis sobrinas, no escribí para la boda de mi hermana, ni escribí cuando me dieron la peor noticia de mi vida. Pero hoy...quiero escribir. Quiero escribir porque creo que este es un punto de inflexión en mi vida, y muy diferente al último punto de inflexión. Hoy quiero escribir para ser positiva, para dar rienda suelta al nerviosismo que me embarga ante el inminente acontecimiento. Porque hoy y el viernes y los de en medio son unos días especiales en mi vida, son unos días que no olvidaré, unos días que llevo esperando mucho tiempo. Y aunque quede mucho trecho por andar, no me rindo, sigo viva y ahora tengo más fuerza que nunca!