miércoles, julio 23, 2008

Días para reciclar

Hoy no ha sido un buen dia.
Hay momentos en la vida en que no sabes hacia donde tirar, te pesa en el coco todo lo que podrías estar haciendo, la situación que podrías estar viviendo, y , sin embargo, estás encerrado en tu cuarto, casi llorando como un estúpido por todas las cosas que te han dolido estos días, porque has discutido con tu madre por una gilipollez, porque una pseudodesconocida te tiene hasta los huevos, porque la vida no es justa, porque las situaciones de suerte nunca son para tí y siempre son para los demás, situaciones de las que nunca sabes si alegrarte o pegarte un tiro y volverte a echar a llorar.
En estos días sólo termina de fastidiarlo el desafortunado malentendido con quien siempre está ahí, pero no ha estado bien.
Además, cuando intentas reclutar a alguien que te saque de casa y escuche todo lo que necesitas decir, no aparece nadie. Tú sabes que no es porque no quieran, que simplemente es porque no pueden, pero cuando por fin vuelves a estar sola, no puedes evitar romper a llorar como una idiota, a moco tendido y con los pañuelos bien cerca, porque todo en este puto día ha salido mal.
Así que coges tus bartulos te pegas unas vueltas y te vas a ver a una pesonita de dos añitos que sabes que te va a alegrar el día, y desde el primer momento que ella reclama tu atención ya te sientes 1000 veces mejor.
Por si fuera poco, al llegar a casa, ahí está la persona que más te ha ayudado nunca, que más te ha ayudado hoy y que nunca falla. Todos deberíamos tener un ángel de la guarda que vele por nuestro bienestar, yo tengo suerte. Y dejas de llorar, y todo parece menos importante. Aún así, estás deseando despertar mañana, para empezar con un día distinto porque sabes que, pase lo que pase, será un día mejor.