miércoles, julio 26, 2006

Dulce noche

Dulce noche que con tus tiernas manos, bajaste esta tarde para cubrir mi cielo de estrellas, para apenas dejarme un sabor de boca oscuro que tu luna no atenúa con su luz.
Crees que con tu oscuridad empañarás los sueños de aquellos que reposan sus cabezas en tierno algodón o fibra, pero todos ellos duermen, oh noche que con tu silencio rompes la tranquilidad y perturbas mi alma. Tanto silencio.
Tu mirada, tus ojos que hoy ni siquiera brillan como ayer ni como mañana, apenas me dan un respiro para creer que no estoy sola.
Me asustas, me mantienes en vela porque irrumpes en mi cabeza dando muestras de tu pena, es como si lloraras. Como si yo también quisiera llorar. Es la soledad que ofreces, la soledad que se respira de ti, el aliento de tu brisa, suave, que va entrando por la ventana junto a la luz artificial que emana de la calle.
Mañana, en unas horas, volverá el sol, y con él te irás, y se acabará la soledad, y el frío, y volverán los pájaros, y todo será como ayer, tan lleno de luz como ayer.

2 comentarios:

quién soy!? dijo...

la noche no siempre implica soledad, hasta puede llegar a ser el momento más bonito del día, cuando todo está tranquilo, y en silencio, y nadie te observa.
si por mí fuera las prolongaría más... viva el invierno y su oscuridad.

kapela dijo...

Es una sensacion que puede llegar a producir. Cuando no oyes nada, ni a nadie, sientes que en el mundo no hay nadie mas, ni dormido ni despierto, cuando solo oyes su silencio. y cuando dejas de escuchar la noche te das cuenta de que no estas sola.