domingo, abril 29, 2012

Del avión y otros demonios

Lo que ocurre cuando tenemos miedo es que todo nuestro cuerpo se paraliza. Nos ponemos nerviosos y no podemos pensar en nada más, y cuando consigues centrarte sólo en ese miedo, ahí sí que ya ni siquiera eres tú, sino una versión muy simple de tí mismo totalmente bloqueado por una sensación de angustia y horror muy difícil de hacer desaparecer.
Le tenemos miedo a muchas cosas, sobre todo a aquellas que son nuevas, que no conocemos, que duelen...pero el miedo es una idea irreal, no existe, está en nuestra cabeza y se alimenta de lo que nosotros le demos de comer. Parece fácil decir que lo que debemos hacer es dejar de pensar que eso ocurrirá, o pensar que no dolerá, que no pasará nada malo, engañar a nuestra mente, que es la que alimenta el miedo con ideas irreales.
Sin embargo, el viernes tengo que coger un avión, de una hora y cuarto, absurdo, trayecto cortísimo, y por más que me digo a mí misma que los aviones vuelan con normalidad (en la mayoría de los casos) y que no pasará nada, y que, aunque pasara, no podría hacer nada (ya puestos déjate llevar), pese a todo esto, no paro de pensar en qué droga será más factible para no enterarme del vuelo...

No hay comentarios: